La historia moderna de la democracia nos lega ejemplos y  lecciones de hombres que haciendo uso de sus capacidades de negociación, entrega y coherencia moral fueron capaces de negociar y mantener el tránsito de gobiernos dictatoriales a democracias formales, tales son los casos de Adolfo Suárez en España, Nelson Mandela en Sudáfrica y Patricio Aylwin en Chile. 

Aylwin quien fuera muchas siete veces presidente de la Democracia Cristiana (DC) ; partido político que fundó, en Chile fue un político a carta cabal dedicó su vida a luchar por sus ideales como humanista cristianos, el progresos con equidad para todos en su país, que durante su gobierno su país llegó a un crecimiento económico superior al diez por ciento anual, convocó la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación cuyo informe (Rettig) y conclusiones hizo suyas; sin dejar de lado su compromiso con los más pobres.

Aylwin a diferencia de muchos líderes opositores en Chile, no se exilió, y después de aprobarse la constitución de 1980 perteneció a un grupo estudiosos que buscaron vehiculizar la democracia mediante reformas cuyas ideas permitieron negociar la posibilidad de un plebiscito que diera fin a la larga dictadura que pretendía continuar en el poder.

En 1987, siendo nuevamente presidente de la DC y al negociar la transición democrática de la dictadura participa activamente en el logro de la Concertación de Partidos por la Democracia, llegando a ser el propio Aylwin uno de los rostros más visibles y el vocero del “NO” en el plebiscito de 1988 que finalmente sacó a Pinochet del poder tras vencer su opción en las urnas.

Entonces, Aylwin se perfiló como el candidato de la Concertación de partidos por la democracia, que congregó a la oposición de partidos que iban desde las izquierdas radicales al propio centro contra la propuesta de Pinochet. Resultando elegido el demócrata cristiano presidente con el 55.17% de los votos.

Aunque para muchos Aylwin tuvo un gobierno difícil que según muchos gobernó con una pistola en la sien; sin perder la caballerosidad mantuvo su independencia del poder militar, y logró grandes avances en temas de derechos humanos como el de la citada comisión Rettig que se presentó en marzo de 1991 cuyo informe recopiló 3550 El informe recopiló 3.550 denuncias de violaciones a los derechos humanos, reconociendo por primera vez homicidios y desapariciones.

Por otra parte, se creó la Ley que reconocía a los pueblos originarios que ha cimentado su futuro desarrollo, y a cuya labor continuaría aportando en el gobierno del presidente Lagos como colaborador.

Patricio Aylwin fue encima de todos su logros una buena persona que actuaba inspirada en coherencia al valor humanista del Cristianismo político, que nos deja como legado a toda Latinoamérica, aún carente, aún de los mecanismos de concertación y unidad necesarios para vencer el fantasma de la tiranía y la corrupción que agazapados en organismos políticos aún pretenden gobernar aprovechando su poder económico e influencia.

Descanse en paz don Patricio que en América Latina quienes compartimos sus ideales procuraremos seguir su ejemplo.