Un inmenso e ilimitado servicio a los pobres
Cuando la iglesia llega con mayores servicios que el Estado.
En la campaña electoral que hoy concluye se han oído voces informadas sobre posibles beneficios que en extremo recibiría la Iglesia católica sin considerar que con muy poco se haga mucho más de lo que podria hacer el Estado a favor de los pobres y olvidados.
Uno de los temas más controversiales que ha salido a relucir, en campañas tantos de izquierdas y derechas es el referido a la contribución del Estado Peruano a la Iglesia Católica cuyas bases argumentales se basan en supuesto extraordinarios beneficios y sueldos similares a la más alta jerarquía burocrática nacional, hecho que ha sido desmentido por el alto clero, que en promedio recibiría un monto menor a mil soles.
Apreciaciones que se hacen desde puntos de vista totalmente sesgados que ignoran o pretenden ignorar la inmensa e incuantificable labor de la Iglesia Católica en favor de los sectores más pobres y olvidados del Perú. Quienes alegan la defensa de los Derechos Humanos parecen olvidar, sólo por citar un mínimo ejemplo que quienes recuperan los restos, brindan sepultura digna, apoyan y consuelan a los sobrevivientes de la zona geográfica ayacuchana de “Oreja de Perro”, es la propia Iglesia católica.
Que mediante la Asociación de Emergencia Ayacucho (AEA) se ofrece asistencia en vivienda, educación y salud, así como otros numerosos programas de apoyo para los niños víctimas del terrorismo y la violencia, organización que acaba de cumplir treinta años de inmensa y dedicada y fecunda labor donde el Estado tiene aún escasa presencia.
Labor tan silenciosa que parece no hacerse notar en el inmenso apoyo a las comunidades nativas como el caso las comunidades Ashánincas, víctimas de Sendero Luminoso, quienes han sido rescatados y apoyados con una entrega total por parte de los franciscanos.
Sin dudar de la encomiable labor de Cáritas, que ha pasado de ser de un ente de caridad a toda uno organización de promoción de redes productivas, promotora de empresas, de Responsabilidad Social, Ciudadanía y Medio Ambiente con el total apoyo y gratitud de poblaciones vulnerables, que hoy gozan de programas tan exitosos que superan cualquier acción del Estado en estos temas y cuentan con proyectos a largo plazo con la garantía de seguir creciendo y beneficiando a quienes realmente lo necesitan.
Existen en el Perú cerca de 49 comunidades religiosas que ejercen una verdadera acción social educativa en la que destaca la educación de calidad, la formación en valores y principios de forma gratuita, o a bajos costos (tal como se da en Fe y Alegría) o en un amplio número de becas y ayudas miles de niños.
Otra importante labore se da en el apoyo al migrante, que muchas veces aparte de perderlo todo no tiene quien le sostenga y lo oriente en su nuevo destino. Ni que decir de la silenciosa y extraordinaria labor de los Agentes Pastorales en las cárceles, que apoyan y recuperan a muchas personas que victimas de sus errores han perdido su libertad.
Y se podría seguir enumerando, y el artículo resulta ingrato, con las enormes obras de apoyo social que van desde redes de economía solidaria, a la Red “Kausay” que recupera personas de la trata y la esclavitud sexual, superando en mucho, cualquier acción del gobierno.
Obra tan fecunda y productiva que la nueva administración del Estado, no sólo debería seguir apoyando dicha labor sino que debería expandir dichos apoyos a otras iglesias y comunidades religiosas, considero que sería el programa con mejor garantía de lucha contra la pobreza.