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ENTRE LA LIBERTAD DE EXPRESION Y LA VIOLENCIA

Cuando se infiltra la violencia se pierde el valor de lo manifestado.

Una ola de ataques a concentraciones de candidatos presidenciales en todo el Perú podría mostrar que la intolerancia y violencia estarían avanzando en la contienda electoral.

Por:. Carlos Beraun Di Tolla

Publicado: 2016-03-23

El cierre de campañas electorales trae sinsabores y esperanzas de triunfo, expectativas favorables contrarias en las que muchas, de a pocos, y en un espiral creciente se podría ir desatando la violencia de un modo soterrado y silencioso, es por ello que las autoridades deben prever y controlar que el derecho a manifestarse no termine en la agresión del otro.  

La libertad de manifestarse sin ninguna restricción termina cuando se agrede de modo directo y violento al otro en toda sociedad que aspira a ser democrática, como la nuestra. Y en ello el Estado Democrático debe garantizar que en todo acto de libre manifestación no se afecte al derecho otro sobre todo en dichas manifestaciones podrían esconderse los negros hilos de intereses manipuladores al asecho de víctimas inocentes que permitan validar hechos, sustentar más violencia o generar conflictos en los cuales todos perdemos.

Se entiende por manifestación el agrupamiento de numerosas personas en la vía pública las cuales disponen de un objetivo en común y en cada caso o circunstancia disponen de un mensaje más o menos definido en orden a conseguir o promover un mensaje. También es común que las personas se reúnan de esta manera con la intención de reivindicar algún derecho. Sin lugar a dudas, la manifestación es una de las expresiones colectivas populares más importantes que disponen las personas ordinarias para manifestarse en aquellos aspectos que se consideran de interés general.

Sin embargo, muchos ejemplos de nuestra reciente historia pasada, nos deberían haber dejado como lección que la mejor manifestación ocurre cuando esta lleva mensajes creativos, motivadores y alusivos a un tema que es expresado dentro de un orden y respeto incluso por quienes no concuerden con nuestra ideas, concepciones políticas, sociales y religiosas.

Es por ello que el Estado debe garantizar tanto el libre ejercicio de las manifestaciones populares o grupales; tanto como la integridad y el derecho de quienes no compartan o estén en contra de dichas ideas, sentimientos o creencia.

La violencia es como una llamarada que incendia un llano, cuando las condiciones y la situación se desborda. Este delicado hilo cuando se rompe ha empañado de dolor a las sociedades más avanzadas, ha motivado los inicios de guerras sin salida y ha servido de medios de instigación de odios a las ideologías más abyectas por el fanatismo.

Manifestemonos en grupo, con alegría, con la enorme gracia y creatividad de nuestra cultura inmensa y vasta cultura y demos una gran lección al mundo de paz, tolerancia y cultura cívica. Como publicista estoy convencido que ello marcara la diferencia y llegara tu mensaje a mas personas.

El presente articulo se público el 20 de marzo de 2016 en: http://agenciaperu.net/?p=7879



Escrito por

Carlos Beraún Di Tolla

Carlos Beraún Di Tolla es Maestro en Publicidad, Comunicador estratégico especializado en comunicación política y corporativa.


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